Entró con una calma contundente, abriendo la puerta y saludando las paredes. La mesa estaba servida con su plato tapado por otro encima para que no se enfríe la comida. El otro plato estaba vacío, con los cubiertos cruzados.
- Hola. Hola. Holaaaaa.... Estás durmiendo?
- Ya no.
- Llegué tarde?
- Una hora nada mas.
- Perdoname, estuve en el ciber y se me pasó la hora.
- Se te pasó completa, mientras comés duermo un rato mas.
- Está un poco fría.
Luego de un rato él bajó. La miró, miró el plato de ella vació y se sentó.
- Te gustó el gato que te comiste?
- Que!
- Los trozitos de pollo que te dejé para que almuerces.
- Era un gato!
- Si, las patitas y el pechito.
- Estúpido traicionero.
- Es para que saborées mi condena.
- Y cual es tu condena?
- Tu cocina.
- Me gustó.
- Mi estrategia?
- No, el gato.
- Hola. Hola. Holaaaaa.... Estás durmiendo?
- Ya no.
- Llegué tarde?
- Una hora nada mas.
- Perdoname, estuve en el ciber y se me pasó la hora.
- Se te pasó completa, mientras comés duermo un rato mas.
- Está un poco fría.
Luego de un rato él bajó. La miró, miró el plato de ella vació y se sentó.
- Te gustó el gato que te comiste?
- Que!
- Los trozitos de pollo que te dejé para que almuerces.
- Era un gato!
- Si, las patitas y el pechito.
- Estúpido traicionero.
- Es para que saborées mi condena.
- Y cual es tu condena?
- Tu cocina.
- Me gustó.
- Mi estrategia?
- No, el gato.
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